Una miche artesanal para tomar a diario
Este pan es perfecto para todo, desde tostadas de mantequilla y mermelada a sándwiches o incluso para añadir unos pedazos a un plato de sopa caliente.
Una miche artesanal para tomar a diario
Este pan es perfecto para todo, desde tostadas de mantequilla y mermelada a sándwiches o incluso para añadir unos pedazos a un plato de sopa caliente.
Utensilios
Ingredientes
375 g harina común
6 g levadura seca
8 g sal
300 ml agua caliente (aprox. 37 °C)
Paso a paso
Prepare todos sus ingredientes en la superficie de trabajo. Caliente el recipiente para pan llenándolo con agua caliente. A continuación, vierta el agua y seque el recipiente con unos toques suaves. Vierta la harina, la levadura y la sal en el recipiente para pan y colóquelo en el robot de cocina KitchenAid Artisan. Inserte el gancho amasador y fíjelo en su lugar. Ponga el robot de cocina a velocidad 2 para combinar los ingredientes secos. Después de unos 30 segundos, incorpore lentamente el agua caliente. Ponga el robot a amasar los ingredientes durante 1½-2½ minutos, o hasta que la masa se separe del recipiente pero aún esté húmeda. No amase en exceso. (No importa si quedan algunos restos de harina alrededor del borde). Retire la masa del gancho y extraiga el recipiente para pan. Espolvoree con un poco de harina la parte superior de la masa. Gire y cubra la masa con harina usando la mano y, a continuación, cubra el recipiente con la tapa. (NOTA: La masa será pegajosa. No es necesario dar forma a la masa ni seguir amasando en este punto). Deje que la masa fermente durante 60 minutos.
Destape el recipiente y vuelque suavemente la masa sobre una superficie enharinada. Con la masa hecha una bola, pellizque la parte superior, estírela y luego dóblela hacia el centro como si fuera un sobre. Gire ligeramente la masa y realice el mismo proceso con la parte que se encuentre hacia arriba. Siga girando, estirando y doblando la masa hacia el centro hasta realizar tres o cuatro círculos completos. (Notará que se hace más difícil estirar la masa mientras trabaja). Después del estiramiento y pliegue finales, dé la vuelta a la masa y dóblela hacia abajo. Coloque las dos manos a cada lado de la bola y enrolle suavemente la palma derecha por el borde derecho al tiempo que, con la mano izquierda, rota la masa sobre la superficie. Esta acción suavizará la masa hasta quedar en un montículo redondo.
Deje que la masa se asiente mientras lava rápidamente el recipiente para pan y lo seca bien. Enharine generosamente el interior del recipiente para pan y la parte superior de la masa. Vuelva a colocar la masa, con el pliegue hacia abajo, en el recipiente para pan. Cubra el recipiente con la tapa y deje que suba durante 30 minutos más.
Mientras la masa fermenta por segunda vez, precaliente el horno a 230 °C. (NOTA: Coloque la rejilla lo más cerca posible del centro del horno pero dejando una altura suficiente para que quepa el recipiente para pan con tapa). Cuando esté listo para hornear, quite la tapa del recipiente y cubra el interior de la tapa con un círculo de papel vegetal. Invierta con cuidado la masa desde el recipiente sobre la superficie cubierta de papel vegetal (de modo que el lado del pliegue quede ahora hacia arriba) con cuidado de que no se desinfle o pierda la forma. Elimine el exceso de harina del recipiente para pan, cubra la masa con él e introdúzcalo en el horno. Hornee durante 30 minutos. A continuación, retire el recipiente para dejar al descubierto el pan y siga horneando durante 10 minutos más, o hasta que la corteza tenga un intenso color dorado. Coloque el pan sobre una rejilla y deje que se enfríe antes de cortarlo en rebanadas.
Siempre es mejor pesar la harina al hacer pan. Si no tiene una báscula de cocina, no presione la harina al medir. Simplemente "ahueque" la harina antes de llenar el vaso medidor y utilice la parte posterior de un cuchillo de cocina para eliminar cualquier exceso por encima del borde. La temperatura del agua es un componente clave de la elaboración del pan. Si no tiene un termómetro para medir la temperatura del agua, la mejor opción es utilizar agua caliente del grifo de la cocina (en lugar de calentarla en el microondas). El truco consiste en llenar el vaso medidor con agua caliente, verterlo y, a continuación, medir la cantidad necesaria para el pan. Esto asegurará que el vaso no absorba el calor del agua antes de añadirlo a la masa. No hay necesidad de marcar la parte superior de este pan al hornear. Cuando la masa se vuelca sobre tapa después de la segunda fermentación, las grietas naturales (del proceso de estiramiento y plegado) se expandirán y darán al pan el aspecto perfecto de una hogaza artesanal.