La mejor masa de pizza casera
Esta masa de pizza de crecimiento lento requiere tiempo y paciencia, pero, por esos resultados, bien vale la pena el esfuerzo.
La mejor masa de pizza casera
Esta masa de pizza de crecimiento lento requiere tiempo y paciencia, pero, por esos resultados, bien vale la pena el esfuerzo.
Utensilios
Ingredientes
200 g sémola
1060 g harina
1 cucharada sal marina
14 g levadura instantánea
a pinch azúcar de caña
650 ml agua
200 g salsa de tomate para pizza
300 g mozzarella rallada
1 cucharada aceite de oliva
Paso a paso
Pon la sémola y 800 g de harina en el recipiente de la batidora amasadora KitchenAid con el gancho amasador acoplado. Añade la sal marina, la levadura instantánea y una pizca de azúcar de caña. Reserva 130–260 g de harina para utilizarlos más adelante.
Mezcla los ingredientes secos a baja velocidad durante unos 15 segundos y asegúrate de que se integran de manera uniforme. Con la batidora amasadora en marcha, vierte gradualmente el agua. Agrega la harina reservada gradualmente según sea necesario, hasta que la masa quede homogénea y ya no se pegue a las paredes del bol. Sigue amasando durante unos 4 minutos, hasta que la masa esté suave, elástica y blanda. Pasa la masa a una superficie ligeramente enharinada. Cúbrela con film transparente y déjala en la encimera a temperatura ambiente para que suba durante 8 horas o hasta que doble su tamaño.
Después de la primera fermentación, aplasta suavemente la masa para liberar el exceso de aire. Divide la masa en partes iguales y forma una bola con cada una. Para darle la forma a mano, dobla con cuidado los bordes de la masa hacia abajo y hacia dentro, girando la bola sobre la marcha, hasta que la superficie esté tensa y lisa. Esto aporta estructura y elasticidad a la masa. Coloca las bolas de masa en una superficie enharinada, cúbrelas con un paño de cocina y déjalas reposar durante otras 3 horas a temperatura ambiente.
Cuando esté a punto para hornear, espolvorea ligeramente la encimera con harina. Toma una bola de masa y aplástala con cuidado con las palmas de las manos para formar un disco. A continuación, utiliza las yemas de los dedos para empujar la masa hacia fuera desde el centro, trabajando con un movimiento circular para estirar la masa de manera uniforme hasta obtener una forma fina y redonda, de unos 0,5 cm de grosor.
Precalienta el horno a 250 °C. Pinta los bordes de la masa con aceite de oliva. Extiende una fina capa de salsa de tomate sobre la base y deja un borde alrededor del perímetro. Añade una generosa capa de mozzarella rallada y, a continuación, tus ingredientes favoritos. Coloca las pizzas en las rejillas inferiores del horno y hornea de 7 a 10 minutos o hasta que el queso se funda y burbujee, y la masa esté completamente cocida.
Una vez que la pizza esté fuera del horno, añade cualquier ingrediente adicional que te guste, como albahaca fresca, mortadela, rúcula, un chorrito de aceite de oliva o chile en copos para darle un toque extra de sabor.
