Cómo hacer pan con una batidora amasadora KitchenAid
Tiempo de lectura 4 minutos
13 noviembre 2024
Cuatro ingredientes es todo lo que necesitas para hacer un pan básico. Parece sencillo, pero cualquier panadero dirá lo contrario. Hornear pan es un arte, pero eso no debería impedirte probarlo. Una vez que comprendas la ciencia que hay detrás y aprendas los siguientes pasos clave, lo dominarás, especialmente si utilizas la batidora amasadora y el recipiente para pan KitchenAid como ayuda.
Ya seas un panadero principiante o tengas experiencia preparando pan, tu forma de elaborarlo será más o menos la misma, pues hornear pan (ya sea de centeno, masa madre o incluso masa brioche) se reduce siempre a tres pasos clave.
Cómo hacer pan con una batidora amasadora KitchenAid
Paso 1: Mezclar y amasar
La lista de ingredientes puede variar en función de la receta, pero todos los panes necesitan agua, levadura, harina y sal. El primer paso es mezclar estos ingredientes y amasar. Aunque hacerlo a mano tiene su encanto, supone un mayor tiempo y esfuerzo. Así que, ¿por qué no dejas que la batidora amasadora con cabezal inclinable o bol elevable haga el trabajo duro? Está equipada con las herramientas adecuadas:
Batidor plano. Utiliza el batidor plano para mezclar los ingredientes húmedos y secos. Los mezcla de manera uniforme hasta formar una masa desmenuzada. Cuando notes que se forma una bola de masa alrededor del batidor plano, deja de mezclar.
Gancho amasador. Para amasar, acopla el gancho amasador a la batidora amasadora y enciéndela a velocidad 2. De esta forma, el amasado se realiza perfectamente y de manera uniforme. ¿Cómo se sabe cuándo hay que dejar de amasar? De media, se tarda entre 2 y 4 minutos en amasar, pero lo mejor es seguir las instrucciones de la receta. De lo contrario, podría amasarse en exceso y terminar con un pan denso y duro. Un consejo final: vigila la masa. Cuando se separa fácilmente de los laterales del bol y comienza a subir por el gancho amasador, es hora de parar y pasar al siguiente paso.
Paso 2: Reposar, dar forma y leudar
Tras mezcla y amasar, llega la segunda fase: reposar, dar forma y leudar. El recipiente para pan es especialmente útil en este paso.
Deja que el pan repose y aumente de tamaño
En primer lugar, encuentra un buen lugar para que suba, en algún lugar cálido y sin corrientes de aire, cerca de un horno o radiador, por ejemplo. Intenta conseguir una temperatura de entre 23 y 27 grados centígrados y, a continuación, deja que la levadura haga su magia. La masa crecerá hasta el doble de su tamaño original. ¿Has notado también algunas burbujas? Se convertirán en bolsas de aire cuando el pan esté horneado.
Enjuaga primero el recipiente con agua caliente. Es de cerámica, por lo que se calentará ligeramente, lo que lo convierte en el entorno perfecto (ligeramente caliente, no demasiado) para que la levadura del pan haga efecto.
A continuación, cúbrelo con la tapa. De este modo, mantiene estables la temperatura y la humedad en el interior, algo básico para lograr una hogaza con la altura perfecta.
Con un recipiente normal:
Cubre el recipiente con un paño de cocina limpio y seco.
Da forma al pan
Amasa brevemente la masa una vez más y moldéala como desees: una hogaza clásica, una barra torcida o en forma de trenza, entre otras. Sin embargo, dar forma no se refiere solo a la apariencia. Debes asegurarte de que la “piel” exterior de la masa también esté lo suficientemente apretada. De esta forma, la masa no se romperá ni se desmoronará, y la corteza se volverá agradable y crujiente cuando esté en el horno.
Deja el pan leudar
Leudar significa simplemente dejar que el pan fermente por segunda vez. ¿Y eso por qué? Porque parte del aire se extrajo al amasarlo para darle forma. Es una segunda oportunidad para que la masa crezca y forme burbujas de aire aún más grandes.
Con el recipiente para pan:
Espolvorea el pan con harina y colócalo sobre la tapa, que debes haber cubierto previamente con papel para hornear para que el pan no se pegue a la superficie.
A continuación, cúbrelo con el recipiente para pan hasta que llegue el momento de hacer los cortes y hornear.
Con un recipiente normal:
Coloca la masa sobre una superficie enharinada, espolvoréala con harina y cúbrela con un paño de cocina limpio y seco.
A continuación, haz los cortes o greñas y pásala al recipiente para hornear.
Paso 3: Hornear
La masa ha subido lo suficiente. El horno está a la temperatura adecuada. Ya está todo listo para el paso final: hornear el pan.
Con el recipiente para pan:
El pan está sobre la tapa y cubierto con el recipiente. Tal cual, colócalo directamente en el horno precalentado. El recipiente para pan atrapa el vapor y lo distribuye uniformemente, asegurándose de que el pan se cocina bien.
Cuando queden 10 minutos en el temporizador de la cocina, retira la tapa. De esta forma, la corteza tendrá ese color marrón dorado perfecto.
Cuando se haya enfriado, puedes meter el recipiente para pan en el lavavajillas o lavarlo a mano con agua caliente y jabón.
Uso de una olla de hierro o similar:
Transfiere el pan greñado a una olla de hierro precalentada y cubierta con papel para hornear y cúbrelo con la tapa.
Cuando queden 10 minutos en el temporizador de la cocina, retira la tapa. De esta forma, la corteza tendrá ese color marrón dorado perfecto.
3 consejos para mejorar tus habilidades de panadero
Ahora que conoces los conceptos básicos, estás preparado para hacer tu propio pan. Aquí tienes algunos consejos para que los resultados sean óptimos.
1. Utiliza las herramientas adecuadas
Báscula: la panadería es un arte, pero también una ciencia exacta. Saca la báscula del cajón y mide los ingredientes con precisión. Esto puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Cuchilla para pan o lame: greñar significa hacer cortes en la “piel” exterior de la masa antes de hornearla. En el caso de algunos panes, ayuda a que la masa leude correctamente y mejore el aspecto de la corteza en el horno. Para la mayoría de los panaderos, es una forma divertida de dar rienda suelta a su creatividad. Atrévete, el pan es su lienzo.
Rasqueta para masa: la mayoría de las masas son pegajosas. Suelen aferrarse al bol de amasar o pegarse a la encimera. Una rasqueta no solo facilita la limpieza, sino que mantiene la cocina y los utensilios de cocina en perfectas condiciones.
2. Sigue la receta al pie de la letra
Desde la masa madre a la focaccia o la masa de brioche, aunque cada receta tiene su propia lista de ingredientes,hay cuatro elementos básicos que están presentes en todas ellas. Estos ingredientes son:
Agua tibia: la mayoría de las recetas de pan requieren agua tibia, pues ayuda a la levadura a hacer su trabajo. ¿Qué temperatura tiene el agua tibia? Entre 36 y 40 grados centígrados. Por cierto, puede utilizarse el agua del grifo, pero ten en cuenta que la composición particular del agua de la zona puede influir en el sabor y la textura del pan.
Levadura: ya sea levadura instantánea seca, levadura fresca, masa madre o polvo de hornear, el pan necesita un componente leudante; sin él, la masa no subirá. Utiliza siempre el tipo de levadura que se indique en la receta.
Sal: si has probado un pan sin sal, sabrás que es un potenciador del sabor muy necesario. Así que a menos que debas seguir una dieta sin sal, no te saltes este ingrediente, pero procura que no entre en contacto directo con la levadura dentro del bol para amasar, ya que podría anular su efecto y que el pan no suba.
Harina: algunos panes son claros y esponjosos, mientras que otros son más densos y oscuros. Esto se debe al tipo de harina. Para panes sin gluten, utiliza harina de sorgo, trigo sarraceno o avena. Hay una extraordinaria variedad de harinas y con cada una se obtiene un tipo de pan.
3. Ten paciencia
Con razón se suele decir que hornear pan es un arte. No te desanimes si al principio sacas del horno un pan plano, seco o insípido. Perfeccionar las habilidades de panadero requiere tiempo y práctica, así que sacúdete la harina del delantal y pon las manos en la masa de nuevo. Estas 12 recetas sencillas de pan son un buen punto de partida.
Chef de KitchenAid
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