No hay nada como el sabor y el aroma del pan casero recién hecho, y nuestro práctico gancho amasador hace que mezclar y amasar sea pan comido. Pero, ¿y si no sube? A continuación, te indicamos algunas razones por las que puede suceder esto.
8 razones por las que la masa de pan no sube:
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No se está usando levadura fresca. La levadura tiene una fecha de caducidad, tras la cual pierde eficacia. La levadura debe almacenarse en un lugar fresco y seco.
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La levadura está demasiado caliente. Es posible que la levadura se haya disuelto en agua demasiado caliente o que los ingredientes líquidos de la receta estén demasiado calientes, lo que provoca la muerte de la levadura. La levadura debe estar tibia, ni demasiado caliente ni demasiado fría.
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La levadura está demasiado fría. Si los demás ingredientes están demasiado fríos, podrían provocar que parte de la levadura muera.
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¿Se amasó la masa correctamente?
Puede que la masa no se haya amasado lo suficiente. El amasado "ejercita" el gluten del pan y le da la elasticidad necesaria para retener las burbujas de aire producidas por la levadura. Estas burbujas de aire hacen que la masa se expanda y suba. Todas nuestras batidoras amasadoras incluyen un gancho amasador, perfecto para mezclar y amasar masas de levadura. -
¿Ha tenido la masa tiempo suficiente para subir?
Es posible que la masa no haya tenido tiempo suficiente para subir correctamente. Déjala un poco más de tiempo. -
¿Dónde dejaste la masa para que subiera?
La temperatura ambiente también puede afectar a la levadura. La temperatura ideal para que la masa suba es de entre 21 °C y 32 °C. A mayor temperatura, o si la temperatura es demasiado baja, la levadura comenzará a morir. -
¿Qué tipo de harina utilizaste?
La masa no subirá tanto si se utilizan granos especiales, ya que estos granos tienen un menor porcentaje de gluten para retener las burbujas de aire que hacen que el pan se expanda. -
¿Estás preparando masa madre? Puede que el fermentado de masa madre que estás utilizando no esté activo. El fermentado de masa madre debe añadirse a intervalos adecuados y conservarse a la temperatura correcta (22-24 °C) para mantener los cultivos de levadura vivos y activos.