Salsa marinara de tomate
La marinara clásica es tan deliciosa como la salsa para pasta o pizza, con pan y verduras rústicas a la parrilla, o cuando se utiliza para hervir a fuego lento huevos recién cascados o pescado blanco con mucha carne como el pez espada. Esta receta se puede poner en conserva o congelar para disfrutar del sabor del verano durante todo el año.
Salsa marinara de tomate
La marinara clásica es tan deliciosa como la salsa para pasta o pizza, con pan y verduras rústicas a la parrilla, o cuando se utiliza para hervir a fuego lento huevos recién cascados o pescado blanco con mucha carne como el pez espada. Esta receta se puede poner en conserva o congelar para disfrutar del sabor del verano durante todo el año.
Utensilios
Ingredientes
2.3 kg tomates frescos maduros (las variedades de pera o ciruela son las más adecuadas)
1 cucharada pasta de tomate
120 ml aceite de oliva virgen extra
6 clavos ajo
300 g 1 cebolla grande picada en trozos grandes
120 ml Vino chianti u otro vino tinto italiano seco
2 cucharada azúcar
130 g queso pecorino rallado
14 g hojas frescas de orégano picadas finamente
20 g hojas frescas de albahaca picadas finamente
1 cucharada sal marina fina
Paso a paso
Esta receta sirve para preparar unos 2 l de salsa marinara.
Acopla del licuador de frutas y verduras a la batidora amasadora. Coloca un recipiente grande debajo del licuador para recoger el tomate licuado y un recipiente más pequeño al final para recoger la pulpa.
Lava y corta los tomates en trozos lo suficientemente pequeños como para que quepan en el licuador de frutas y verduras. Coloca el ajo, la cebolla y los tomates en la bandeja grande y empuja la mezcla en el licuador con ayuda del empujador de alimentos. Utiliza una espátula para retirar toda la mezcla de tomate licuado del accesorio; desecha la pulpa.
Calienta todos los ingredientes excepto el parmesano y las hierbas en una cacerola grande a fuego medio. Deja que hierva a fuego lento, removiendo para que se mezcle bien. Reduce el fuego a un nivel bajo y cocina la salsa a fuego lento durante 45 a 60 minutos, o hasta que la salsa haya espesado y tenga la consistencia deseada. Retírala del fuego y añade las hierbas frescas y el parmesano. Rectifica los condimentos si es necesario.
Disfrútala de inmediato con pasta fresca o con otro acompañamiento. También puedes dejar que se enfríe hasta alcanzar la temperatura ambiente y conservarla tapada en el frigorífico hasta cinco días, congelarla hasta seis meses o seguir las instrucciones para hacer conservas y almacenarla en la despensa durante más tiempo.